Bogotá, 2020 – En lo que va corrido del año 2020 la economía mundial ha estado directamente relacionada con el número de afectados a causa del COVID-19. Al día de hoy, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Salud, los casos en el mundo se han elevado a 2’431.890, cifra que involucra a las economías desarrolladas y Latinoamérica.
De acuerdo a un estudio publicado por KPMG, la red global de servicios de auditoría, impuestos y consultoría, los países más afectados son aquellos cuyos socios comerciales más sólidos son China, Estados Unidos y la Unión Europea. Adicionalmente, el estudio confirma que habrá un impacto aún mayor en aquellos que centran su economía en los recursos naturales y el turismo.
En el caso de Latinoamérica, proyecciones para este año 2020 indican que algunas economías tendrán un impacto no favorable en el crecimiento de su PIB. México, por ejemplo, bajó en un 4.5% debido a desaceleraciones en la manufactura, las actividades primarias y la comercialización de productos. Argentina, por su parte, estará en un déficit equivalente al 3.8% de su PIB.
Chile presentó impactos en los principales rubros económicos durante el año 2019, pero a finales del último trimestre evidenció una mejoría de sus resultados. No obstante para el 2020, presentará una disminución del 0.5% de su PIB.
Ahora bien, Colombia, motivada por el transporte, las ventas al por menor y la hotelería, culminó un año 2019 con uno de los desempeños económicos más exitosos de Latinoamérica. No obstante, según las cifras publicadas por KPMG, se proyecta que el 2020 tendrá un decrecimiento de un -1.2% del PIB. “Al estar tan involucrados en la exportación, la coyuntura internacional además de impactar a los mercados de hidrocarburos y minero energético, ha afectado también al sector turístico y logístico del país”, destaca Miguel Ángel Espinosa, presidente ejecutivo de FITCA.
Miguel Ángel Espinosa – Presidente ejecutivo de FITCA
Estos estudios confirman un panorama: las economías Latinoamericanas no se encuentran en su mejor momento para afrontar el impacto del COVID-19. “Esta coyuntura no únicamente afectará los días de cuarentena. Tal como lo afirmó el Ministerio de Salud, debemos prepararnos para una segunda etapa de aislamiento preventivo, y esto por supuesto tendrá un impacto mucho mayor en la economía y en el desempeño de la logística y el comercio”, añade el presidente ejecutivo de FITAC.
Entre tanto, en Colombia, ha sido evidente el impacto por reducción de demanda en los medios de transporte aéreo y marítimo tanto en importaciones como en exportaciones. En el caso aéreo ha habido una desaceleración en los flujos de comercio, pese a los permisos aeronáuticos. “Por la crisis, se ha presentado una disminución del 50% de carga en exportación de flores, que era uno de los productos más importantes en materia de exportaciones sobre todo en época de madres a nivel mundial. Y esto impacta a todos los eslabones económicos que participan en esta cadena de producción: cultivos, transporte terrestre e internacional. Esos flujos de divisas a nivel mundial tendrán una afectación muy importante en la economía colombiana”, comentó Espinosa.
De otra parte, en materia de transporte marítimo, se ha presentado una reducción entre el 40-50% de las solicitudes de retiro. Para el país sería una situación desfavorable que las terminales portuarias se congestionen.
Frente a esto, cabe destacar que la Zona Franca de Bogotá cuenta con infraestructura, herramientas tecnológicas y logísticas que garantizan la operación de las otras zonas francas que administra. “Aprovechemos el espacio que tienen las zonas francas y en especial toda la tecnología e infraestructura del Grupo ZFB, para que se puedan cumplir todas las operaciones en materia de exportación e importación”, afirma Diego Vargas, el gerente general de la Zona Franca de Bogotá.
Diego Francisco Vargas – Gerente General Zona Franca de Bogotá
En efecto, las empresas tendrán el desafío de replantear sus procesos logísticos frente a este panorama. Para el presidente ejecutivo de FITAC, el e-commerce, la OMNICANALIDAD, y la logística 4.0, serán alternativas claves para enfrentar la situación. “El temor que tienen las personas de salir a la calle y el aislamiento, marcará una tendencia en cómo estamos haciendo negocios para la entrega de los bienes de consumo masivos y para entregar todo lo que tiene que ver con la producción en empresas del país. Al mismo tiempo las aduanas deberán tener más en cuenta los temas de big data, impresión 3D e inteligencia artificial” concluyó.