marzo 18

Por Zona Franca Bogota

marzo 18, 2022


Pensábamos que lo peor ya estaba superado. El número de contagios de COVID-19 y su impacto en la economía global empezaba a ceder. Incluso, para el caso colombiano, empezábamos a observar una franca recuperación de la economía, además – en la gran mayoría de indicadores – a lograr cifras sin precedentes.

Sin embargo, los eventos de Europa del Este a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania, han significado la pérdida de cientos de vidas en Ucrania y puesto en riesgo las vidas de millones de civiles y miembros de las fuerzas militares. Adicionalmente, estos desafortunados acontecimientos han tenido también una grave afectación en el sector logístico, los movimientos de carga marítima, por carretera, ferroviaria y aérea.

En lo que respecta a las cadenas de suministro, el conflicto también tendrá un impacto inevitable, particularmente en materia de seguridad alimentaria y costos de energía. Innumerables organizaciones de orden internacional han alzado su voz y han hecho múltiples llamados para encontrar formas de evitar mayores interrupciones de la cadena logística.

En el caso de FIATA, la Federación Internacional de Agentes de Carga, la organización logística más importante del planeta – de la cual FITAC es miembro único para Colombia – se ha unido a la Cámara de Comercio Internacional (ICC) para instar al G7 a garantizar que todas las medidas que se apliquen en el ámbito financiero sean cuidadosamente coordinadas. De igual forma, FIATA ha instado a todas las asociaciones miembro, y por supuesto a los gobiernos, a encontrar alternativas para mitigar los indudables impactos de la crisis.

En el espectro marítimo, la crisis se hará aún más intensa en la medida en que los puertos sufren bloqueos y desabastecimiento, las exportaciones e importaciones se detengan y las inminentes sanciones provoquen la eliminación abrupta de los buques cisterna del mercado mundial de buques chárter, lo que hará que aumenten las tarifas al contado y los costos de transporte.

En materia de transporte ferroviario, éste se verá afectado, particular mente en las rutas entre Chin a y Europa, que podría ocasionar desaceleración o detención en el tránsito de mercancías. Vale la pena recordar, que según estadísticas de FIATA, el cincuenta por ciento de todo el tráfico ferroviario de mercancías con destino a la Unión Europea – el cual aumentó un 30 % el año pasado – – ingresa a través de Rusia y Bielorrusia.

Por su parte, el transporte aéreo de carga experimentará desvío de vuelos, lo que impactará considerablemente el tránsito aéreo entre Asia y Europa, y dificultará la recuperación de la industria aérea global, golpeada de forma muy importante durante los primeros meses de la pandemia. Por último, pero no menos importante, se ha instado a todas las organizaciones estatales y privadas a aumentar sus controles y estrategias frente a ataques cibernéticos, que sin duda pueden llegar a afectar gravemente la cadena de suministro y como consecuencia, incrementar los costos y tiempos en las operaciones logísticas.

Infortunadamente, Colombia no ha sido ajena a estos ataques informáticos; actualmente, el sector público y privado trabajan de manera articulada para mitigar los efectos del reciente ataque a la plataforma informática del INVIMA, entidad encargada de la vigilancia de medicamentos, alimentos, bebidas y dispositivos médicos.


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